EDITORIAL

Posted: by Lecturas psicoanalíticas in
0

Pensar las cuestiones del psicoanálisis como una apuesta, si la tomamos en el sentido de Pascal, implica una apuesta por el sujeto.

Sujeto que como nos enseña Lacan es efecto del significante.

En tanto tal es insoslayable una pregunta por el lenguaje y la palabra. Topos, encadenamientos en que se juega la experiencia psicoanalítica en particular, y por qué no decir, experiencia sin más.

Porque muchas veces olvidamos de qué estamos hechos, en tanto afectados por la palabra.

En esta perspectiva Nassif lo dice que un modo muy claro en “Un buen casamiento” cuando plantea que en la experiencia psicoanalítica se puede decir cualquier cosa (es una regla fundamental, entiendo) pero no se puede hacer cualquier cosa. O al menos es necesario pensar qué se hace allí, en un segundo tiempo podríamos decir, siguiendo en esto a Lacan, cuando plantea que el analista es al menos dos…

Freud nos ha mostrado muchas veces a lo largo de sus textos una gran honestidad intelectual, que es una invitación muy interesante para cuando nos ponemos a trabajar, es decir, a pensar modos posibles de intervención, intervenciones hechas o por hacer, en un psicoanálisis clásico (por decirlo de alguna manera, es decir que cuente con todos los componentes necesarios y suficientes que configurarían un análisis ) o cuando pensamos una practica con el psicoanálisis sin que necesariamente esa practica sea la de un análisis. De ahí lo de la propuesta en las primeras líneas de por qué no pensar en una experiencia sin mas…


En todo esto tal vez se va dibujando una pregunta: ¿Cómo se juega la Ética del psicoanálisis en el trabajo de elaboración de un analista entre otros analistas, o entre otros que no se dicen analistas? O para poder decir de otro modo la pregunta ¿Cuál es el juicio sobre nuestra acción que se pone en juego cuando pensamos con el psicoanálisis, o en psicoanálisis?

(Reflexiones inspiradas en el trabajo de lectura del domingo 14/03/10 con Leo, Roy y Sofía).

Claudio Cabral

Lilian Estigarribia

Posted: by Lecturas psicoanalíticas in
1

"Yo que ni se quien soy (construcción de una analista en colectivo)"
Yo que ni sé quien soy, paro el colectivo después de esperarlo 20 minutos, subo dejando atrás algo, busco un asiento y me desplomo, una hora y media de viaje me esperan, suspiro y de paso bostezo, no me cuesta nada, las 22.25 hs me dice mi reloj, apoyo la cabeza contra el vidrio y comienzan a aparecer muy despacio palabras, frases, frases eternas cristalizadas, cansadas, viejas, se asoman también repeticiones abundantes, presentes, rozagantes llenas de vida o de muerte, vueltas por el mismo lugar una y otra vez y otra y otra, por momentos se turnan y van reclamando mi atención, seis pacientes que se niegan a quedarse en el consultorio, restos que acepto como compañía. Yo que ni sé quien soy sigo escuchando, “Tengo que confesarle algo – dice- no se lo puedo ocultar” y suelta, deja salir una bocanada de palabras oscuras, densas, pesadas, como un humo negro invaden el consultorio, yo impávida, aparentemente, no digo nada, continúa: “Cuando salgo de aquí siento 10 kg. Menos” me pongo contenta, pero no me dura mucho, pienso: bueno, se confesó y sintió alivio, me pregunto en que lugar me puso, me pregunto si solo busca aliviarse si es posible otro trabajo ahí, me persigue esa confesión, pero bueno algo de esa culpa tan implacable comenzó a moverse, a salir de a poquito, mmm, no me convence, pienso en mi paciencia en dar tiempo en darme tiempos, el cole atraviesa otro pueblo ya un poco desierto bajan algunos, suben otros, arranca continúo pegada a la ventanilla, yo que ni se quien soy me veo sentada en el consultorio, me veo estando ahí sin estar, me veo como alguien que no tengo idea quien es, me veo como esa madre, como ese padre, como ese rasgo, ese rastro lo sigo cuando puedo, me detengo, me detienen, parece que no es por acá, me escucho decir e irrumpe: “Tu mamá , tu abuela – me corrijo. Uhhhh, sigo hablando, lo paso por alto, no lo marco, me persigue, ella habla y dice: “mi mamá, perdón mi abuela”- dice. Y se hace la luz, empiezo a escuchar, marco los lapsus sin entender bien por que, sigue: “yo a los 8 años me hice cargo de mis 3 hermanitos porque mi mamá estaba muy deprimida, mi papá y yo nos encargábamos de que todo siga funcionando en la casa” fueron necesarios dos lapsus para ir construyendo algo, lapsus de su inconsciente?, del mío?, propiciado por el análisis?. Y mis preguntas van construyendo, una analista? Un analizante? Un análisis?. No aparecen las respuestas, será un viaje solo de preguntas, y yo que ni sé quien soy intervengo, con seguridad algunas veces cuando irrumpe, cuando sale sin que sepa por que, pero si yo no diría eso, tampoco se me había cruzado, otras no: “¿y usted doctora, tiene hijos?- pregunta. Ehhhhh, pienso, tengo? No tengo? No me acuerdo?Que digo? No tengo que responder, me digo, Ehhh, pasa el tiempo, mas o menos?, me rindo, “no”-contesto. “Ahhhh, dice como confirmando su sospecha” yo me castigo, pero si no tenía que responder, me castigo, después cedo, en psicoanálsis no existen fórmulas, me voy aflojando, y me pregunto porque me vi obligada a responder, me tranquilizo, porqué me lo preguntó, ya ni me acuerdo, que raro. Comienzan a dibujarse unas luces, muy chiquitas, falta poco para llegar, de a poco van apareciendo menos palabras, menos dudas, menos preguntas, me alejo, las calles están mojadas y una leve llovizna persiste, otra realidad me abre los brazos, yo me entrego, me preparo para bajar, busco una roti en el camino, ya llegaré a mi casa, este trabajo seguirá, en otro momento, en otro lugar…